martes, 19 de julio de 2022

Educación disruptiva: nuevas formas de transformar la educación

 Educación disruptiva: nuevas formas de transformar la educación



Según la R.A.E. cuando mencionamos la palabra disrupción, hacemos referencia a una “rotura o interrupción brusca”, podemos decir entonces, que al hablar de educación disruptiva, hacemos referencia a una forma de educación que rompe con lo establecido, interrumpiendo el tradicional modelo de transmisión de conocimientos.

La educación disruptiva está directamente relacionada con los trabajos desarrollados por Bower y Christensen (1995) y posteriormente ampliado por el propio Christensen (2012), en torno a las innovaciones disruptivas. Según estos investigadores, una innovación disruptiva, es aquella que origina un nuevo mercado de valor, rompiendo, sustituyendo o desplazando el que ha existido anteriormente. Así, las innovaciones disruptivas, primero mejoran el producto anterior, interrumpiendo el desarrollo establecido de forma inesperada; posteriormente, esta misma innovación sustituye a lo anterior, estableciendo nuevas formas de comprender un mismo producto.

¿Qué es la educación disruptiva en el ámbito educativo?

En el ámbito educativo, una innovación disruptiva es aquella que rompe con el currículum, las metodologías y las modalidades transmisión del conocimiento, abriendo nuevas alternativas de aprendizaje.

La educación disruptiva permite la introducción de avances e innovaciones en los procesos educativos a través de las nuevas tecnologías y los nuevos usos que se abren en el ámbito comunicativo. La evolución sufrida en la denominación de estas tecnologías, para acercarlas cada vez más a las capacidades del alumnado y los docentes para reapropiarse de ellas, nos ha llevado de las TIC´s (Tecnologías de la información y la comunicación), a las TEP´s (Tecnologías para el empoderamiento y la participación), pasando por las TAC´s (Tecnologías del aprendizaje y el conocimiento).

La transformación de los tiempos, los espacios, las metodologías y las jerarquías educativas establecidas desde el propio aula; y, la constante evolución de las tecnologías comunicativas, dan lugar a una combinación  que aporta el caldo de cultivo necesario para poner en marcha innovaciones disruptivas, que propicien el desarrollo de nuevas formas de aprendizaje.

El rol del profesorado en la educación disruptiva

El profesorado actual, no puede ni debe permanecer al margen de las posibilidades que brindan las nuevas tecnologías para profundizar en transformaciones metodológicas que aunque puedan encontrar nuevas denominaciones, lo cierto es que han estado presentes en el desarrollo histórico de la pedagogía. Las propuestas de J. Dewey, Montessori, Freinet, Decroly o Freire, encuentran una nueva razón de convertirse en propuestas de aprendizajes para las futuras educadoras y educadores en las escuelas.

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Las innovaciones disruptivas parten del concepto del alumnado como constructor de su propio aprendizaje. En este sentido, otorgan gran importancia al respeto de los ritmos personales de aprendizaje, proponiendo el uso de un currículo abierto que garantice el acceso de todo el alumnado a una formación completa, haciéndole crecer personal y académicamente.

Por tanto, para llevar a cabo un proceso de educación disruptiva en nuestras propias clases, nuestra labor como docentes se centra en propiciar espacios que generen nuevas experiencias en nuestro alumnado. Fijarnos en las personas con quienes trabajamos y estar abiertos constantemente a transformar los espacios, los horarios, la metodología y en definitiva, la forma en que organizamos el aprendizaje en clase, para permitir que puedan producirse transformaciones importantes y disruptivas que amplíen nuestros conocimientos, confiando que el aprendizaje, siempre se abre camino desde el interés personal.

David Pérez Heredia


Los peligros de las nuevas tecnologías en los niños

 Los peligros de las nuevas tecnologías en los niños



Las nuevas tecnologías forman parte de nuestra vida. Casi todas las personas tienen un móvil, una televisión con internet, un ordenador o un videoconsola y muchas de ellas no pueden vivir sin alguno de estos dispositivos. Su uso es bueno y nos facilitan mucho la vida pero un abuso puede llegar a producir problemas graves de salud, sobre todo entre los niños y los jóvenes.

Precisamente sobre la adicción a las nuevas tecnologías habló Marián García Arigüel, coordinadora del grupo de trabajo Psicología y Adicciones del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, en uno de los talleres sobre tecnología del III Programa Educativo en Salud CuídatePlus para niños de Primaria que se están impartiendo en colegios públicos y privados de la Comunidad de Madrid avalados por la Dirección General de Bilingüismo y Calidad de la Enseñanza, de la Consejería y Juventud de la Comunidad de Madrid.

Tal y como indicó la experta, “los móviles, internet y las redes sociales no son malos siempre y cuando se usen con cabeza y siempre y cuando no nos impidan hacer otras cosas como quedar con los amigos, estudiar o hablar con nuestros padres”.

Si las tecnologías impiden realizar alguna otra actividad, éste puede ser un signo de un mal uso que hay que detectar y frenar para evitar que el problema vaya a más y se convierta en una adicción. Y es que en su consulta, García Arigüel ve muchos niños y adolescentes que viven dependientes de su móvil, videojuegos y redes sociales. Así se lo hizo saber a los alumnos de 5º y 6º de Primaria del Colegio Pintor Rosales, de Madrid.

En crecimiento

Es una realidad que no deja de crecer, lamentó la experta. Según los datos del estudio Uso y abuso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación por adolescentes. Un estudio representativo de la Ciudad de Madrid, realizado por el Departamento de Prevención de Adicciones del Instituto de Adicciones de Madrid Salud junto con la Cátedra para el Desarrollo Social de la Universidad Camilo José Cela, “sólo un 32% de los adolescentes harían un uso adecuado de internet, mientras que el 31,5% mostrarían ya señales de riesgo, un 23,3% mantendrían una conducta de uso abusiva y un 13,2% mostrarían una clara dependencia comportamental en el uso de la red”.

Además, esta encuesta también revela que más de la mitad de los adolescentes hacen un uso inadecuado del teléfono móvil: un 28,4% muestra un uso de riesgo, un 21% hace un uso abusivo y un 8% presenta dependencia de su smartphone.

El abuso de las tecnologías puede tener efectos negativos en la salud además de que entraña una serie de peligros externos a los usuarios. “Es importante que los niños conozcan que hay gente que puede ususpar la identidad de otra persona para acercarse a los más pequeños con el fin de obligarles a hacer cosas malas”, advirtió.

Por eso, considera “fundamental” informar a los padres, profesores o tutores de cualquier signo que pueda hacernos sospechar. En este contexto, la psicóloga hizo mención también a la importancia de saber decir “no” ante la petición de datos personales como el envío de fotografías, información sobre nosotros o nuestros padres o nuestra localización exacta.

En cuanto a cómo afectan a la salud, García Arigüel explicó que “el uso incesante de ellas puede causar daños en la visión (aumento de la miopía o cansancio en la vista)”. Así mismo, “el cerebro pierde funcionalidad al no entrenar la mente como debemos”.

Por otro lado, “el hecho de estar mucho tiempo jugando a los videojuegos o con el ordenador y el movil, puede hacer que desplacemos otras actividades que realizamos con los amigos o con la familia” y esto es muy grave si se descuidan las relaciones sociales o el deporte.

Para evitar llegar a este extremo, la experta lanzó una serie de consejos que se pueden poner en práctica:

      Marcar un tiempo límite de uso y unos horarios.

      Buscar actividades alternativas que resulten agradables (arte, deporte, música, lectura, salir con amigos).

      Alertar a los adultos ante cualquier situación extraña.

      Invitar a amigos a que vengan a jugar con nosotros a casa en lugar de jugar on line con ellos.

Autor:  Joanna Guillén Valera

Tomado textualmente de: Los peligros de las nuevas tecnologías en los niños (marca.com)