miércoles, 10 de octubre de 2018
Globalización y Sociedad de la Información
GLOBALIZACIÓN Y SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN
La Globalización y la Sociedad de la
Información son términos que se
encuentran completamente entrelazados,
y se considera que ésta última ha sido el factor desencadenante de la
globalización, o al menos, la causa de su aceleración creciente, tal como lo
apunta Altarejos (2003).Sin embargo, abordaremos primero algunos aspectos
generales de la globalización para introducirnos en la denominada Sociedad del
la Información o Sociedad del Conocimiento. La sociedad ha tenido grandes
cambios y cada época ha estado marcada por características particulares que ha
regulado la interacción del individuo con la sociedad. Es así como en la
antigüedad los cambios naturales eran los que regían las actividades humanas,
luego aparece el concepto de tiempo con la creación del reloj que modifica
estructuras del quehacer humano. Posteriormente con la aparición de la máquina
se entra a una sociedad industrial donde las actividades humanas están
delimitadas a un lugar y a un momento preciso. Esto hizo, que cambiará drásticamente
el modelo de trabajo, basado este en las horas de tiempo que los trabajadores
vendían realizando actividades físicas más que intelectuales. Finalmente
aparece la sociedad pos industrial concentrando el trabajo en fábricas,
oficinas y caracterizada por la gestión masificada. En dicha sociedad la
sincronización espacio-tiempo no es imprescindible para realizar actividades
laborales porque se dispone del trabajo “en red” y la remuneración va a
depender de la capacidad de hacer o introducir mejoras en productos o en el
proceso productivo. Estos cambios en la concepción del trabajo está dada por la
tecnología digital porque ahora es el Conocimiento
el eje principal, desplazándolos
anteriores formas de concebir al trabajo, al capital y a la tierra.
Este preámbulo nos permite determinar
que la globalización tiene su orígenes en lo económico pero a su vez lo
trasciende, y como señala Beck (1998) es un proceso de segunda modernidad que
implica la pérdida de fronteras en las dimensiones de la economía, la
información, la ecología, la técnica, los conflictos transculturales y la
sociedad civil. Sin embargo, algunos autores (Altarejos, 2003) considerarán que
el término globalización tiende a ser ambiguo, porque por un lado, hace
referencia o describe la sociedad actual, y por otro, se refiere a la
interconexión económica, social, política, científica, cultural y pedagógica
que existe a nivel mundial. A dicha ambigüedad se suman las tendencias
contradictorias; una que apunta hacia el idealismo, que interpreta la
globalización como el poder que ejercen una minoría sobre la mayorías; y otra
con un enfoque tecnocrático, que ve la globalización como un momento de nuevas
oportunidades para el crecimiento económico. Otro análisis realizado
(Mittellman, 1996) señalan que es la fusión de procesos transnacionales y
estructuras domésticas que permiten que la economía, la política, la cultura y
la ideología de un país penetre en otro. Por lo que la globalización es
inducida por el mercado.
En tal sentido, definiríamos la
globalización como “el proceso de acelerada integración mundial de las
economías a través de la producción, el comercio, los flujos financieros, la
difusión tecnológica, las redes de información y las corrientes culturales”
(Altarejos, 2003, p. 16). En este mismo orden de ideas, se pueden destacar
algunos rasgos que caracterizan a la globalización y que impactan tanto las
esferas económicas, políticas, sociales y educativas. Un primer rasgo se
refiere al cambio que ha producido en la concepción espacio-tiempo de nuestras
actividades como consecuencia de haberse suprimido las barreras y los límites.
Los espacios físicos han sido un referente en nuestras vidas, en las relaciones
comerciales y en las interacciones sociales. Ahora el mundo se nos torna
inmediato, existen nuevas formas de relaciones y participación social que
trasciende los límites territoriales locales, y los ciclos económicos cambian
rápidamente; los ciclos de vida de los productos son más corto; los procesos de
fabricación son just-intime y las empresas dejan de ser local y se hacen
transnacionales.
Evidentemente, las coordenadas
espacio-tiempo están produciendo cambios en nuestros hábitos de conducta, en la
manera de hacer negocios y en la manera de relacionarnos socialmente, factores
que inciden en la forma de educar.
Otro rasgo es el progreso tecnológico
como elemento clave de la globalización. Los cambios tecnológicos se están
produciendo a gran velocidad repercutiendo en los modos de producción y consumo
de cultura.
Estos planteamientos permiten concluir
que la globalización presenta riesgos y oportunidades. Que puede convertirse en
una oportunidad para aumentar la riqueza y mejorar la calidad de vida. Y que su
mayor riesgo está en una distribución de la riqueza mundial desequilibrada,
caracterizada por un crecimiento desigual que redundará en una mayor asimetría
y distanciamiento entre las naciones. Sin embargo, aún con los riesgos y
oportunidades que presenta, comparto la tesis de que hay que “encararla porque
incide directamente en nuestro entorno inmediato” (Altarejos, 2003, p. 13).
Por tanto, se hace necesario replantear
nuestro valores éticos y descubrir que finalidad debemos tener como individuos
y como sociedad en este mundo actual; aprovechar las relaciones multiculturales
que están propiciando la red para fomentar la convivencia y la solidaridad;
formar para el trabajo colaborativo y reflexionar sobre la función que debe
cumplir la educación estos nuevos escenarios.
Abordados los aspectos generales de la
globalización, destacaremos como aparece la Sociedad del Conocimiento para dar
paso a la Sociedad de la Información que es la que está marcando su influencia
en la actualidad. Fue Peter Drucker quién en 1974 utiliza la noción de Sociedad
del Conocimiento cuando escribe su libro “La Sociedad post-capitalista”, aquí señala
la necesidad de general una teoría economía que coloque el conocimiento como
centro de la producción de riqueza, y afirma que en esta sociedad la gestión
empresarial cambiará las relaciones con los trabajadores.
Desde este enfoque, se define el
conocimiento como los elementos que cualquier mente humana puede comprender
mientras la información es su instrumento y está determinada por interese
económicos.
En cuanto al término Sociedad de la
Información fue utilizado en los años 1962 por Fritz Machlup a través de su
libro “La producción y distribución del conocimiento en los Estados Unidos”,
planteando que el número de empleos que se basa en la manipulación y manejo de
la información es mayor a los que están relacionados con algún tipo de esfuerzo
físico. Luego en 1981 se acuña el término por el sociólogo japonés Yonejí
Masuda con la publicación del libro “La Sociedad informatizada como Sociedad
Post industrial (original 1981, traducción al español 1984). Aunque fue el
citado japonés, el primero en utilizar el término Sociedad de la Información,
señala Area (2005) que quienes definieron sus rasgos más destacables fueron
Burton (1992) y Castells (1997, 2000). Castells (2000) plantea que la sociedad
informacional se fundamenta “en la productividad de la misma información,
mediante el uso de tecnología de la comunicación por ordenadores”. Mientras que
Burton (1992), señala: sintetiza este nuevo estadio social a través de
características de la transformación del conocimiento en un recurso crucial y
en fuente de innovación y acción política, la aparición de la tecnología como
una élite dominante, la consideración de que la cultura de unos pocos no
dependerá del trabajo de muchos, el reemplazo de la ética protestante del
trabajo por un énfasis en el ocio y la cultura, el cambio en nuestros valores
hacia la individualidad y la autonomía, el cambio de la base económica de la
sociedad, apoyada en los servicios, no en la manufactura. (p. 29).
De ésta manera podemos llegar a definir
la Sociedad de la Información
(Telefónica, 2002) como un estadio de
desarrollo social caracterizado por la capacidad de sus miembros (ciudadanos,
empresa, Administración Pública) para obtener y compartir cualquier
información, instantáneamente, desde cualquier lugar y en la forma que se
prefiera. Dicha Sociedad de la información se materializa a partir de 1970
cuando los avances tecnológicos pasan del entorno militar al civil, dejando así
el mundo analógico donde prevalecía el intercambio de objetos para entrar al
mundo digital donde la gestión de la información es vital en los procesos
económicos.
A partir de aquí la generación de
riqueza de la sociedad post industrial basada en los sectores de servicios pasa
a la generación, almacenamiento y procesamiento de la información, entrando de
ésta manera a la Sociedad de la Información. Es aquí donde las tic pasan a
cumplir un rol importante porque las consideran como los motores que impulsaron
el desarrollo y el progreso. Hay otra posición donde se considera que fue en
1990 a través del Consejo de Washington que la Sociedad de la Información toma
lugar cuando se establecen lineamientos de los “países desarrollados” para
abordar los problemas de los “países en vía de desarrollo” y el fracaso de sus
economías.
Teniendo definida la Sociedad de la
Información, podemos destacar los aspectos que la caracterizan, siendo los
siguientes:
• El
conocimiento reside en la persona y no se puede comprar.
• El
conocimiento abarca toda actividad humana generando dos clases sociales;
trabajadores del conocimiento y trabajadores tradicionales de servicios.
• La
innovación es el elemento clave y es lo que genera ganancias.
• La
Sociedad de la Información está cambiando nuestra percepción de espacio-tiempo
porque nos encontramos en un mundo interconectado.
• El
ser humano está impulsado a acelerar su aprendizaje para poder conseguir e
interpretar la información.
• Las
estructuras sociales tenderán a cambiar como consecuencia de los cambios
generados en las actividades humanas.
Por consiguiente, el reto de la
Sociedad de la Información es garantizar que todos tengan acceso a la
información para obtener respuestas que le permitan resolver problemas
específicos, garantizar los mantenimientos de estructuras democráticas y
participativas, porque lo contrario sería general más desigualdades sociales y
brechas digitales.
En la actualidad se utilizan los
términos Sociedad de la Información y Sociedad del Conocimiento, siendo
relevante destacar que dichos términos no deben utilizarse para referirse a un
mismo aspecto porque denotan características diferentes. La información se
requiere para producir conocimiento, pero esto no significa que toda la
información que recibimos o de la que nos encontramos actualmente bombardeados
termine produciéndolo, porque el conocimiento implica una información
interiorizada e integrada de manera adecuada en las estructuras cognitivas de
un sujeto. Por tanto, es algo personal e intransferible, no se puede transmitir
conocimiento, solo información, que podrá ser convertida en conocimiento por el
receptor, en función de factores como: los conocimientos previos que el sujeto
posea, la adecuación de la información que recibe y su estructuración, entre
otras cosas.
En otro orden de ideas, también han
surgidos diferentes enfoques pero para explicar el papel de la tecnología en la
Sociedad de la Información, teniendo por un lado el determinismo tecnológico,
por otro, la corriente denominada “Estudios sociales de la ciencia y la
sociedad” (CTS) y los diferentes autores que no pertenecen a ningunos de los
mencionados. El determinismo tecnológico plantea que el desarrollo tecnológico
es el que define el cambio social y por tanto, tiene una “influencia directa y
significativa sobre la sociedad y su procesos más que ningún otro factor”
(Cabero, 2001, p. 29). Sin embargo, hay dos líneas dentro del mismo enfoque que
Cabero (2001) señala como línea blanda y línea dura. La línea blanda asume que
el cambio tecnológico es el motor del cambio social, pero al mismo tiempo
señala, que responde también a las presiones sociales de manera discriminada;
mientras, la línea dura, considera el desarrollo tecnológico como fuerza
autónoma, siendo su poder causal atributo o propio de la misma tecnología.
En contraposición aparece la corriente
CTS que tuvo su origen en la comunidad académica derivada de la necesidad de
responder a la concepción que existía de la ciencia y la tecnología, y a los
problemas políticos y económicos que se derivaban del mismo. La corriente CTS
plantea que la innovación tecnológica se origina en un contexto social
específico, estando condicionado por el mismo, entonces, tecnología y sociedad
están interrelacionada o influenciada unas a otras. Aquí se postula que las
decisiones no deben estar en manos de expertos, con supuesta neutralidad
científica, sino que las decisiones tecnológicas tienen que ser decisiones
sociales, en virtud, que ellas implican repercusiones económicas, políticas y
sociales.
Consideró la corriente CTS las más
adecuada porque parte de un enfoque humanista y social, y dependerá de cómo se
desarrolle la tecnología que sus efectos promuevan más desigualdades o
igualdades sociales. En tal sentido, es importante la participación de los
diferentes sectores sociales para darle un uso positivo a la tecnología. Ésta
afirmación la podemos sustentar con el planteamiento de Quintanilla (1989),
nunca “(...) había estado la sociedad en su conjunto tan articulada en torno a
la actividad tecnológica, y nunca la tecnología había tenido tan fuertes
repercusiones sobre la estructura social, y en especial sobre la estructura
cultural de una sociedad”. Lo que nos lleva a apuntar que las tecnologías no
son neutrales, sino que están condicionada por elementos ideológicos y sociales
que condicionan su uso.
La sociedad de la Información está
impactando a la sociedad actual y moldeando la sociedad del futuro. Sin
embargo, tiene su contra parte, porque aún cuando se suponía que la
globalización iba a garantizar el desarrollo de los países y la igualdad
democrática, puede darse como lo señala Ramonet (1997) que separa al mundo en
dos grandes categorías: “inforicos” e “infopobres”. Ésta separación
incrementaría las diferencias por el predominio de transferencia de de
productos y no de la tecnología, fomentando el consumismo, el control y el
poder en el proceso.
Considerando, que nuestro estudio se
centra en Venezuela presentaremos los riesgos y oportunidades que representa la
Sociedad de la Información en nuestro país. El índice de la Sociedad de la
Información (ISI) que permite medir el avance de un país con respecto a acceso
a la información, capacidad de adaptar tecnología de información y habilidad
para su uso de forma útil y apropiada (PNUD, 2002), ubico a Venezuela en el
2004 en la posición número
45, lo que plantea retos en lo que
respecta al desarrollo de la Sociedad de la Información; su infraestructura de
comunicaciones y su parque de computadores (infoestructura) se muestra débil
con respecto a otros países, al igual que el área social (Peña, 2008).
Tenemos el índice de adelantos
tecnológicos (IAT), que tiene el propósito de reflejar en qué medida un país
está creando y difundiendo la tecnología y construyendo una base de
conocimiento humano, y determinar en qué medida participa el país en su
conjunto en la creación y uso de la tecnología (PNUD,
2001). Abarca cuatro dimensiones e
indicadores que son: líderes, líderes potenciales, seguidores dinámicos y
marginados.
En el caso de Latinoamérica ningún país
ocupa la categoría de “líderes”, y Venezuela se encuentra dentro de la
categoría de marginados, lo que indica que no se aprovecha eficazmente la
tecnología para tomar parte en las innovaciones.
El índice de ciudades globales,
elaborado por Globalization and World Cities Study Group and Network
(Universidad de Loughborough, Reino Unido) muestra la conformación de
ciudades-red en el contexto de la Sociedad de la información. Dicho índice
ubica a Caracas en la denominación Ciudades Globales gamma (CG menores). El
índice de acceso digital (IAD), adoptado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) como indicador
mundial para medir la capacidad total que tienen los ciudadanos de un país para
acceder y utilizar las TIC (Peña, 2008). La IUT utiliza cuatro categorías de
acceso digital: elevado, medio alto, medio bajo y bajo. Venezuela ocupó el
número 73, en la categoría de “acceso medio bajo”.
Estos índices se corresponden a un
modelo técnico-económico que reflejan la brecha digital que existe entre países
pobres y ricos, por lo que la “Sociedad de la Información ha fortalecido la
asimetría entre los países líderes de la economía mundial y el resto de
conglomerado de naciones” (Peña, 2008, p. 78). Aunque los datos son
desalentadores reflejan una realidad que debemos utilizar como punto de partida
para poder producir transformaciones a través de los planteamientos de retos
claros y viables. Y para vislumbrar esos posibles retos analizaremos algunos
efectos de la Sociedad de la Información.
La capacidad de innovación
caracterizada por la investigación y desarrollo es baja en América Latina. Sin
embargo, como señala Peña (2008) la Sociedad de la Información es una
oportunidad para incrementar la innovación y el potencial cognitivo de
cualquier grupo social, debido a las inmensas posibilidades de acceso y uso de
la información. Se puede aprovechar ésta oportunidad para desarrollar
tecnología adaptadas a las realidades locales.
La Sociedad de la Información también tiene
sus implicaciones en el ámbito educativo a través de las TIC. Las tecnologías
nos brindan variedad de recursos que bien utilizados pueden favorecer el
aprendizaje, propiciar la participación y mejorar la interacción
docente-alumnos. Podemos beneficiarnos de sus ventajas siempre y cuando la
utilicemos como un medio y no un fin. Las TIC permiten avances en los países, y
como lo señala la CEPAL (2000), los países en condición de
consumidores/adaptadores de TIC pueden avanzar rápidamente hacia el mundo del
conocimiento y la información, eximiéndonos de realizar las grandes inversiones
que deben realizar los países generadores/productores de TIC.
En cuanto al comercio electrónico debe
mejorarse el acceso a las TIC para poder competir en el mercado global e ir
superando la desigualdad de oportunidades que existe, aunque hay otras
variables influyentes de ésta desigualdad.
La Sociedad de la Información está
generando nuevas formas de exclusión, como: la marginación tecnológica, el
analfabetismo tecnológico, la marginación intelectual y económica. Algunos
autores explican ésta exclusión como consecuencia de la aparición de nuevas
clases sociales. Pero también se puede propiciar la integración permitiendo el
acceso a la población de las TIC a través de políticas de Estado.
Otro efecto que se está produciendo es
la hibridación cultural que puede incidir de manera negativa en la identidad
nacional por la apropiación de interese culturales, sociales y políticos
diferentes a su realidad. Sin embargo, tiene su contra parte positiva que es la
multiculturalidad que podemos aprovecharla para buscar la integración de los
países.
Aunque es muy complejo participar de
manera equitativa en este mundo globalizado y en la actual Sociedad de la
Información, mantengo la premisa que hay que “encararla”, siendo uno de los medios
la educación, de allí la importancia de la formación del profesorado par ir
dando respuesta a los nuevos retos que se presentan.
Ingrid Figueroa
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